Criminología Ambiental- Costa Rica
Criminología Ambiental
Teoría del espacio defendible (Newman, 1972)
Es uno de los planteamientos más populares en Criminología Ambiental. Trata la relación existente entre el espacio físico y la delincuencia. En la explicación de esta teoría se puede aprender que el diseño físico de ambientes residenciales (dónde viven personas que conforman la estructura social como individuos según la sociología) podría hacer que tuvieran menos probabilidad de ser víctimas. Existen tres conceptos esenciales en esta teoría; 1 “territorialidad”, 2 “vigilancia natural”, 3 “imagen y entorno”:
Territorialidad: el ambiente puede crear conductas en las zonas de influencia donde circulan las personas haciendo que pueda existir un comportamiento de desviación social-delictivo (conducta antisocial).
Vigilancia: mide el grado en que la formación del medio urbano permite a sus vecinos y vecinas supervisarlo y ejerce un tipo de control informal (recordemos que, junto con el delito, delincuente y víctima, el control social conforma el objeto de estudio de la Criminología), de esta manera puede vigilar mucho mejor su vecindario y actuar como factores de protección a las tipologías Su principal indicador es la “observabilidad”.
Imagen y entorno: Newman midió la capacidad que tiene el diseño urbanístico para trasladar a los extranjeros que entren en el barrio una sensación subcultural, es decir de asilamiento o marginalidad de un cierto colectivo de la propia estructura social (subcultura).
Teoría de las ventanas rotas
Es una de las más populares en Criminología Ambiental y tiene una fácil explicación: la sensación de bienestar social y el correcto ordenamiento y aplicación de limpieza a un concreto barrio hará que en este lugar baje el número de infracciones penales y con ello, la reducción de la tasa de criminalidad.
Factores de protección (reducen la delincuencia): sensación de seguridad en la zona, limpieza urbana, bienestar social en el barrio, correcto ordenamiento urbanístico y disociación de la violencia como parte de esa pequeña cultura (antropología social y cultural).
Triángulo de las actividades rutinarias de Cohen y Felson (1979)
Como su nombre indica, se representa mediante un triángulo que pone de relación tres variables: (1) víctima vulnerable, (2) agresor motivado, (3) ausencia de guardián.
Cohen y Felson (1979) establecen que para que se dé el delito es necesario que aparezcan intrínsicamente estas variables:
Víctima vulnerable: si los factores victimológicos son de alta vulnerabilidad y existe el peligro de un proceso de victimización rápido, seguramente se transforme en víctima, con un perfil victimológico/victimal muy distinto dependiendo de la víctima.
Agresor motivado: es el delincuente al que le apetece o ve oportuno delinquir (infligir el Código Penal). Su motivación unida a la vulnerabilidad de la víctima, lo hacen el “depredador”. Las tipologías delictivas que más influyen en Criminología Ambiental pueden ser: el fenómeno criminógeno del carterismo, los delitos seriales (agresiones sexuales y asesinatos); en el que si se encuentra conexión conductual entre los casos se podrá aplicar el círculo de David Canter.
Ausencia del guardián eficaz: es la variable que, si falta, facilita la aparición del delito; si quitamos la víctima o el victimario (agresor), aunque exista el guardián eficaz, no existirá delito. Es la más influyente desde esta perspectiva. Tiene la función del control social formal contra el delito; es decir, su trabajo consiste en que no se dé el delito (vigilar). Ejemplo: un policía.
fuente https://www.formacioncriminalistica.com/blog/opinion/criminologia-ambiental#:~:text=Es%20tambi%C3%A9n%20de%20inter%C3%A9s%20para,delincuencia%20y%20el%20perfil%20geogr%C3%A1fico.
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